Mañana comienza el macrojuicio en el que se ha visto envuelto Francisco Camps, a quien debido a este asunto del que se le acusa, depende su futuro político, siendo acusado de un posible delito de corrupción por la entrega de regalos que le hicieron Francisco correa y Álvaro Pérez (el bigotes).
En los once días siguientes a partir de mañana, deberá acudir al palacio de justicia donde no tendrá siquiera que sentarse en el banquillo de los acusados, algo que sinceramente, no me parece ético, ya que con la causa a la que se ve involucrado cuanto menos, es ser juzgado como todo hijo de vecino, pero claro, esos hijos de vecinos no son Francisco Camps.
En fin, a partir de mañana veremos el circo médiatico al que Camps está acostumbrado, ya que está causa, si fuese juzgada como debería, Francisco Camps, sería juzgado como cualquier otro ciudadano, ahora bien, cosa que no es así, una vez más, se demuestra que los políticos caminan por sus anchas en los delitos que comenten.